25/5/15

EL FERROCARRIL BIOCEÁNICO Y EL TREN IQUITOS-YURIMAGUAS



Por: Raúl Herrera Soria



Los peruanos asistimos en estos días a los anuncios de lo que puede ser el proceso para construir un tren que partiendo de la costa atlántica brasileña cruce la selva y los andes y llegue a la costa peruana, dando un nuevo contexto a la infraestructura vial en América del Sur e integrando los dos grandes océanos que bañan esta parte del Continente. De dónde comience el recorrido no importa, lo que interesa por dónde recorra y para los loretanos, lo más lamentable, por dónde no pasará.

Los chinos con la llegada al Perú de su primer ministro Li Keqiang han confirmado que están interesados en que este ferrocarril se haga realidad, y siendo estos inversionistas los principales impulsores del proyecto, no deja de ser un tema traumático para los iquiteños con la sola mención de la nacionalidad de los asiáticos ya que recuerda la obra contratada para construir el alcantarillado integral de Iquitos y la ahora famosa PTAR. Hablar de los chinos que están interesados en construir una obra que a través de la conectividad le dará desarrollo a la costa, a la sierra y parte de la selva peruana, en la que no está considerado Iquitos, es doloroso y resulta ciertamente frustrante.

Mi posición frente al tren Iquitos-Yurimaguas propuesto en la gestión del ex presidente regional de Loreto, Iván Vásquez Valera, fue del valor de su ejecución y tanto es así que alguno de mis artículos escritos en mi portal personal en Internet fue reproducido explicando su repercusión. Terca, constante e incansablemente, el proyecto fue defendido con explicaciones en muchísimas formas y foros por la ex primera autoridad regional y por otra parte, la negación y obstinada posición de quienes con más espíritu político que social y económico, atacaron el proyecto hasta su satanización. El proyecto fue puesto en la hoguera y otros pretendieron ubicarlo en las fantasías de los cuentos de hadas y hasta un desubicado reportero de la televisión dominical sugirió que se trataba de una farsa buscando mañosamente encontrar los rieles de la estación del tren en medio de un frondoso remonte cercano a Iquitos.

La idea y el proyecto del ferrocarril bioceánico no es nueva, se la recuerda desde el tiempo del gobierno de Alan García. De acuerdo al diseño el tren partirá desde Bayóvar en Piura, pasará por Jaén, seguirá por Chachapoyas, siguiendo por Moyobamba y Tarapoto, continuando por Tocache y Tingo María, desde allí se extenderá a Pucallpa para salir del Perú por Cruceiro do Soul hacia Porto Velho y desde este lugar dirigiéndose al Atlántico brasilero. El anuncio de este recorrido, que puede ser corroborado visitando el portal electrónico del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú, no es otra cosa que una clara demostración que Iquitos quedará anclado en el aislamiento, algo que de forma voluntaria fue alentado irracionalmente por quienes fungen de políticos en Loreto que en los últimos años la pasaron pensando y actuando contra los intereses colectivos y fatalmente contra las aspiraciones de las poblaciones.

Hacer la contra es lo más cómodo, destruir es lo más fácil y esa posición han mantenido quienes erraron adrede el manejo de las artes de la política, que no sé si ahora con esto podrían reflexionar y retroceder en sus opiniones, algo que puede ser tarde. Si bien es cierto a Perú y Brasil el tren los beneficiaría por la interconexión y el intercambio comercial que habrá entre los dos, a los loretanos como una gran porción del territorio peruano el beneficio no llegará, y más para Iquitos ya que esta situación es parte de un panorama en el que el aislamiento es lo más acentuado, esta vez más que nunca debido a nuestra propia decisión que se define mezquina y retrógrada.

Mientras que el ferrocarril bioceánico pasa por Tingo María y Pucallpa e ingresa a Brasil sin dejar ningún aporte al desarrollo de Loreto, en Iquitos debemos estar pensando en qué hacer para que el tren Iquitos-Yurimaguas se haga realidad, en caso de no ser así tendremos gigantescos dinosaurios navegando por los ríos amazónicos, enriqueciendo a un minúsculo grupo empresarial y manteniendo empobrecidos a la mayoría de los actores de la economía de esta parte del país.

Ahora ante este proyecto, seguramente que los “críticos” loretanos masticarán la furia de sus conceptos profanos sobre el daño ambiental que puede ocasionar la construcción del ferrocarril bioceánico, ya que los expertos señalan que el impacto es menor al que produce la construcción de una carretera. Hay que recordar que esto del efecto sobre la ecología es algo con que se cuestionó la ejecución del proyecto del ferrocarril loretano.

Con una vía férrea entre estos puntos (Iquitos-Yurimaguas), se incentivará la producción de la agroindustria y la ganadería, estableciéndose dos grandes centros de operaciones logísticas, uno en cada extremo, es decir dos fuertes polos de desarrollo. La economía se activará, tomará una nueva dinámica y las cosas serán diametralmente diferentes a lo que son actualmente. Con uno o con ambos proyectos, Yurimaguas crecerá vertiginosamente pero con los rieles podrá facilitar a los iquiteños su acceso rápido por esta ruta para llegar al Atlántico utilizando el ferrocarril desde la estación de Tarapoto.

En explicación más sencilla, debo decir que si el tren que unirá la costa peruana con la brasilera, atravesando la sierra y la selva de nuestro país confirma que ciudades sanmartinenses, huanuqueñas y la misma Pucallpa crecerán mucho más de lo que hasta ahora han experimentado, se deja más postergada que siempre a Iquitos y por lo tanto, la capital de Loreto será una isla cada vez más mediterránea e incomunicada.           

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