13/10/10

LA RAZÓN NO SUFRAGÓ

Las pasadas elecciones municipales y regionales han servido para descubrir la necesidad de seguir madurando cívicamente y que los razonamientos de la ciudadanía deben acentuarse en la necesidad de elegir adecuadamente para favorecer sus intereses y los de la colectividad. En Loreto nos ha correspondido vivir una intensa campaña electoral donde los tiempos empleados para las propuestas y ofrecimientos mayormente fueron destinados a los ataques. Recuerdo en un mensaje transmitido en una estación de radio cuya duración fue de 50 segundos, se emplearon 32 de ellos para recrear una conversación donde se describía un supuesto mal servicio municipal.

Sin embargo, un alto porcentaje de la población ha seguido el camino del mensaje agresivo posponiendo la propuesta. Los llamados mensajes de demolición fueron la mejor y más corriente arma que utilizaron para levantarse políticamente y favorecerse afectando la visión colectiva que es lo ideal.

En la búsqueda del sillón presidencial regional de Loreto, Iván Vásquez Valera se sobrepuso al “pecado” que para muchos significaba buscar una nueva elección y ganó ante los ataques sostenidos que recibía. Como en Fuente Ovejuna, la obra de Lope de Vega, todos fueron hacia uno. Al margen de cualquier argumento de crítica, en esta lid no prevalecieron las propuestas para un nuevo Gobierno Regional sino que una seguidilla de ataques en contra del postulante que finalmente ganó las elecciones. Hay mucho por proponer, hay mucho por hacer con coherencia, pero no se hizo eso. En ese sentido me parece que el pueblo vio, razonó y eligió.

Mi censura apunta a la inconducta de quienes ejercieron las candidaturas a todo nivel. Los poderes económicos por un lado y por otro el abusivo empleo de la demagogia que en muchos casos hizo torcer la voluntad del pueblo, ojo, que no es lo mismo que fraude.

En Iquitos los aspirantes al sillón del alcalde de Maynas se enfrentaron a un camino allanado a lo largo de algunos años por un candidato que como Charles Zevallos del MIL, ya había sembrado propuestas sencillas y endosó su palabra con promesas viables. Sin mayores complicaciones, pragmático y peculiar solucionador de confrontaciones verbales, Charles se granjeó de la simpatía, inclusive se sobrepuso a las críticas que ocasionó su innovador ardid electoral por el cual fue bautizado como el besuqueador por su repartija de besos públicos a cuanta mujer – de todo tipo y edad- se le haya presentado. Charles Zevallos ganó sin mayores complicaciones, con calma, sin apretar a fondo el acelerador y con pronunciada habilidad.

Debo reconocer que en Loreto se han dado lamentables situaciones en este proceso electoral, que aún no concluye, donde debemos seguir rescatando los esfuerzos de algunos políticos por demostrar que son y podrían seguir siendo capaces de enfrentar el desarrollo de sus pueblos desde los sillones municipales, pero se han encontrado con la dura pared de un sorprendente y doloroso resultado electoral.

Mirna Villacorta, alcaldesa de San Juan Bautista, distrito de la metrópoli iquiteña que buscó una elección en la provincia de Maynas ha dicho con marcado desencanto que “…hay una población muy incipiente que permitió que las grandes inversiones terminen logrando su objetivo y no la coherencia de las propuestas, los liderazgos consecuentes con su compromiso con un trabajo transparente y que enfoca el tema de una trato justo para todas y todos…”. Esto resume que el razonamiento de las personas no alcanzó su ubicación en la mente y la decisión de la mayoría al momento de sufragar.

La demagogia se impuso en otras ciudades de Loreto, aunque exactamente esto no es el caso de Maynas donde lo que prometió Charles Zevallos es factible. En provincias como en Alto Amazonas tres candidatos fueron los favoritos, dos de ellos ex alcaldes y uno en ejercicio, llegaron con las mismas posibilidades al momento de la votación, pero finalmente más pudo quien ofreció proyectos que ahora mismo parecen irrealizables, como aquello de ejecutar e inaugurar 90 obras en los primeros tres meses de gobierno.

La demagogia empleada en las elecciones recientes desnuda una dura realidad, que a pesar de las décadas de vigencia de la renaciente democracia, ésta no ha madurado. Se abusa de la necesidad de los que menos tienen y se saca ventaja de la ilusión de la población. Pero también cierto que, nosotros tenemos el deber de mantenernos vigilantes de los compromisos que las autoridades recientemente elegidas han asumido con el pueblo durante las elecciones.

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