La asunción formal de Raúl Castro al cargo de presidente de Cuba, reemplazando en definitiva a su hermano y líder de la revolución cubana Fidel Castro, no fue tan sorprendente como la misma renuncia irrevocable. La elección estaba cantada y el mundo entero ahora se apresta a conocer los cambios en la política de gobierno del país de la isla y aparentemente son incógnitas los giros que se puedan dar. La presencia de Raúl Castro al mando de Cuba no tendría ninguna particularidad ni ocuparía un espacio dentro de mi blog si es que esa figura mundial no tendría una mínima relación con Iquitos y nuestra región. Aunque usted no lo crea este hombre y la Amazonía tienen una ligazón especial y Cuba una herencia de Loreto que en la actualidad es una de sus variantes económicas internacionales.
Oscar Olavaria Saldaña, actual decano del Colegio de Periodistas del Perú aquí en Loreto, es una pieza importante en esta relación que la historia ubica en agosto de 1974. El director del diario La Región, en esos tiempos fue el jefe de la oficina de Relaciones Públicas de la Dirección Regional de Pesquería y fue cercano en los días de Raúl Castro en Perú.
Eran los tiempos del gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado y del Ministro de Pesquería Javier Tantaleán Vanini. La primavera política hacia posible el romance en las relaciones entre Cuba y Perú y esto promovía visitas de intercambio turístico y de experiencias de manejo social, productivo y ecológico (en esos tiempos esa palabra no existía en los diccionarios). El buen Oscar Olavaria tuvo la suerte de ser parte del equipo de anfitriones que había encargado el gobierno militar para las atenciones a una delegación importante que representaba a Fidel Castro.
La visita fue muy comentada en esos tiempos y Oscar Olavarría recuerda que ese grupo “(…llegó a la cabeza con Raúl Castro) en un avión de Cubana de Aviación en compañía de su esposa y del hijo de Fidel Castro a quien decían cariñosamente Fidelito, que llegó con el seudónimo de Jesús por razones de seguridad, así como también el embajador de Cuba Antonio Jiménez para luego trasladarse hasta la reserva nacional del Pacaya donde, impresionado por la majestuosidad del ambiente y la dimensión de las cochas Yarina y Zapote, decidió quedarse en el lugar gozando de las bondades de la naturaleza por espacio de una semana.”.
Durante su permanencia en medio de la selva (casi virgen) de la Reserva, las rondas tertuliantes abordaban cualquier tema anecdótico pero Raúl Castro evitaba con especial sutileza y proseguía consumiendo los finos habanos (cigarros negros). Eso sí, dicen que le encantaba narrar su aventura en el frente Franck Pais, que el comandaba y que dio la victoria final para el derrocamiento de Batista e ingresar victorioso a la ciudad de la Habana.
Conversando de este tema con el decano del Colegio de Periodistas de Loreto sus ojos brillan por la emoción y el especial orgullo de haber tratado con este personaje, discutido, criticado o lo que sea pero personaje mundial, al fin y al cabo. Oscar dice que Raúl Castro demostró en esa liberación ambiental de la selva peruana su “carácter afable, divertido y jovial”, que en esa sencillez expresada no parecía que se tratara “del segundo hombre rector de los destinos de Cuba, pues dialogaba con todo los vivientes de la etnia cocama-cocamilla que habitan en la quebrada del Puinahua en la reserva nacional del Pacaya que es afluente del río Ucayali”. Comenta Olavarría que Castro aprendió a cazar lagartos, no los mataba, solamente los atrapaba para después liberarlos.
“La invitación a Raúl Castro fue para que conociera el potencial hidrobiológico de la amazonía, así como del proyecto pesquero que se estaba realizando para la extracción y transformación de las especies existente en esta zona del país, pero, lo anecdótico de esta visita es que el hoy presidente cubano llegó solo por dos días, para sostener dialogo con las diferentes autoridades de ese entonces, sin embargo el encanto natural de la zona así como la magnificencia del ambiente, hizo que Raúl prolongue su estadía por varios días más. Eso hizo que la reunión de Ministros de Estado peruanos con Raúl Castro se llevara a cabo en la misma cuenca del río Pacaya” repasa Oscar.
El entonces vicepresidente de Cuba al partir del Perú fue llevando especies jóvenes y miles de alevines de paiche (arapaima gigas) el pez de agua dulce más grande del mundo, especie muy apreciada a la que sembraron en lagos y ríos de Cuba y que ahora es un producto de exportación. El paiche cubano –de origen loretano- es muy apreciado en la culinaria y en los mercados de la fina cocina francesa, algo que hasta hoy los peruanos no logramos conseguir.
Raúl Castro no tuvo presencia en las calles de Iquitos, sino que al llegar se alojó en la base aérea del grupo 42 y en ese lugar una noche antes de partir el maestro Orlando Cetraro con su orquesta armó un fiestón de “rompe y raja” en honor de la delegación visitante. Describe Oscar Olavarría que “al día siguiente al momento de partir como recuerdo de una "gran amistad" me obsequió una colección de libros sobre la " Historia de la Revolución de Cuba", la historia de Antonio Maceo que es un prócer de la independencia cubana y otros libros que inclusive en uno de ellos puso una dedicatoria, estas obras guardo como imborrable recuerdo en mi biblioteca personal”.
Oscar Olavaria Saldaña, actual decano del Colegio de Periodistas del Perú aquí en Loreto, es una pieza importante en esta relación que la historia ubica en agosto de 1974. El director del diario La Región, en esos tiempos fue el jefe de la oficina de Relaciones Públicas de la Dirección Regional de Pesquería y fue cercano en los días de Raúl Castro en Perú.
Eran los tiempos del gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado y del Ministro de Pesquería Javier Tantaleán Vanini. La primavera política hacia posible el romance en las relaciones entre Cuba y Perú y esto promovía visitas de intercambio turístico y de experiencias de manejo social, productivo y ecológico (en esos tiempos esa palabra no existía en los diccionarios). El buen Oscar Olavaria tuvo la suerte de ser parte del equipo de anfitriones que había encargado el gobierno militar para las atenciones a una delegación importante que representaba a Fidel Castro.
La visita fue muy comentada en esos tiempos y Oscar Olavarría recuerda que ese grupo “(…llegó a la cabeza con Raúl Castro) en un avión de Cubana de Aviación en compañía de su esposa y del hijo de Fidel Castro a quien decían cariñosamente Fidelito, que llegó con el seudónimo de Jesús por razones de seguridad, así como también el embajador de Cuba Antonio Jiménez para luego trasladarse hasta la reserva nacional del Pacaya donde, impresionado por la majestuosidad del ambiente y la dimensión de las cochas Yarina y Zapote, decidió quedarse en el lugar gozando de las bondades de la naturaleza por espacio de una semana.”.
Durante su permanencia en medio de la selva (casi virgen) de la Reserva, las rondas tertuliantes abordaban cualquier tema anecdótico pero Raúl Castro evitaba con especial sutileza y proseguía consumiendo los finos habanos (cigarros negros). Eso sí, dicen que le encantaba narrar su aventura en el frente Franck Pais, que el comandaba y que dio la victoria final para el derrocamiento de Batista e ingresar victorioso a la ciudad de la Habana.
Conversando de este tema con el decano del Colegio de Periodistas de Loreto sus ojos brillan por la emoción y el especial orgullo de haber tratado con este personaje, discutido, criticado o lo que sea pero personaje mundial, al fin y al cabo. Oscar dice que Raúl Castro demostró en esa liberación ambiental de la selva peruana su “carácter afable, divertido y jovial”, que en esa sencillez expresada no parecía que se tratara “del segundo hombre rector de los destinos de Cuba, pues dialogaba con todo los vivientes de la etnia cocama-cocamilla que habitan en la quebrada del Puinahua en la reserva nacional del Pacaya que es afluente del río Ucayali”. Comenta Olavarría que Castro aprendió a cazar lagartos, no los mataba, solamente los atrapaba para después liberarlos.
“La invitación a Raúl Castro fue para que conociera el potencial hidrobiológico de la amazonía, así como del proyecto pesquero que se estaba realizando para la extracción y transformación de las especies existente en esta zona del país, pero, lo anecdótico de esta visita es que el hoy presidente cubano llegó solo por dos días, para sostener dialogo con las diferentes autoridades de ese entonces, sin embargo el encanto natural de la zona así como la magnificencia del ambiente, hizo que Raúl prolongue su estadía por varios días más. Eso hizo que la reunión de Ministros de Estado peruanos con Raúl Castro se llevara a cabo en la misma cuenca del río Pacaya” repasa Oscar.
El entonces vicepresidente de Cuba al partir del Perú fue llevando especies jóvenes y miles de alevines de paiche (arapaima gigas) el pez de agua dulce más grande del mundo, especie muy apreciada a la que sembraron en lagos y ríos de Cuba y que ahora es un producto de exportación. El paiche cubano –de origen loretano- es muy apreciado en la culinaria y en los mercados de la fina cocina francesa, algo que hasta hoy los peruanos no logramos conseguir.
Raúl Castro no tuvo presencia en las calles de Iquitos, sino que al llegar se alojó en la base aérea del grupo 42 y en ese lugar una noche antes de partir el maestro Orlando Cetraro con su orquesta armó un fiestón de “rompe y raja” en honor de la delegación visitante. Describe Oscar Olavarría que “al día siguiente al momento de partir como recuerdo de una "gran amistad" me obsequió una colección de libros sobre la " Historia de la Revolución de Cuba", la historia de Antonio Maceo que es un prócer de la independencia cubana y otros libros que inclusive en uno de ellos puso una dedicatoria, estas obras guardo como imborrable recuerdo en mi biblioteca personal”.