15/3/08

EL PODEROSO AGUAJE

Deliciosos frutos del aguje en su mata

Luego de comer durante toda mi vida y disfrutar sus delicias como uno de los frutos más exquisitos, pude enterarme mediante lecturas, las curiosas y por eso no menos prodigiosas características nutritivas y utilitarias del aguaje.

Esta es una de las frutas emblemáticas más importantes de la Amazonía peruana, aunque su figura aparece en las poblaciones de los países de la Amazonía continental pero no tiene en esos lugares la importancia que le damos en nuestra región. Sus árboles, que son palmeras, ocupan una superficie de más de cinco millones de hectáreas sobre terrenos mayormente inundables y como dije en anterior comentario, el íntegro de esta especie es utilizado por el poblador de esta parte del mundo en todas las maneras posibles, desde las hojas más altas hasta sus raíces, pasando por sus deshechos que son nutritivamente aprovechados.

Ahora con el asunto de la lucha de la defensa del medio ambiente, en razón a los acuerdos suscritos en Kyoto, Japón, hay que mirar al aguaje como un elemento fundamental en la protección del planeta. De acuerdo a lo que explican los estudios que ha dado a conocer el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) “el aguajal (zona donde se desarrolla silvestremente el aguaje) es un gran almacén de carbono, por lo que su papel en la mitigación del cambio climático mundial es de gran importancia. Almacena más de 600 toneladas de dióxido de carbono por hectárea, entre tres y cinco veces más que cualquier ecosistema tropical”.

Sin embargo esta riqueza es desaprovechada y sus árboles depredados conciente o inconcientemente por los pobladores rurales que en abierto desconocimiento de la sostenibilidad que debe darse a los recursos naturales continúan cortando (talando) la palmera para cosechar sus frutos. Los reportes indican que solamente en los alrededores de Iquitos se talan cada mes más de 17 mil palmeras femeninas de aguaje para satisfacer la demanda del mercado de consumo de la capital de Loreto. Aunque recientemente, se han desplegado valiosos esfuerzos por mejorar las condiciones de cosecha mediante una alternativa apoyada por algunas ONG que capacitan al poblador para subir a la palmera y extraer solamente las macetas sin cortar y matar el árbol.

Para el explorador Alexander Von Humboldt, el aguaje era “el árbol de la vida”, esa denominación fue expresada hace más de dos siglos y a la fecha sigue vigente debido a que es uno de los de mayor importancia ecológica, económica y social de la Amazonía del Perú. Aquí la conocemos como aguaje, su nombre científico es Mauritia flexuosa, en Brasil la conocen como buriti, mientras que en Venezuela y Colombia como moriché. Se recuerda su primera mención en los apuntes de la historia y de la ciencia allá en 1781.

No hace mucho, un grupo de estudiantes de gastronomía de Trujillo me consultó sobre las bondades de esta fruta, luego de haber leído uno de los comentarios que hice sobre este tema. El aguaje siendo un producto de singular valor en la Amazonía del Perú, es un producto del que pocos conocen en otras partes del país, aunque lo cierto es que se puede encontrar algunos de estos frutos en las góndolas de los grandes supermercados limeños. En las ciudades peruanas se consume de muchas maneras, el fruto de esta palmera también desempeña un papel importante en la compleja cadena alimenticia del bosque tropical debido a que es alimento importante de animales como el majáz, el sajino, la huangana, la sachavaca y otras especies de aves y peces.

Del árbol del aguaje todo sirve. Las hojas son importante material para los techos de las viviendas en el bosque, el cogollo es utilizado para ayudar a endulzar bebidas entre los chacareros, el tronco sirve como complemento de nidales de aves y para el cultivo natural de las larvas a las que conocemos como suri, uno de los alimentos más populares en la Amazonía peruana, tiene un sabor muy agradable y es una gran fuente de grasas y proteínas para la dieta de muchas poblaciones rurales amazónicas. Los frutos son sensacionales, del que disfrutan animales del bosque y las poblaciones urbanas y rurales.

Lo cierto es que el aguaje es una fruta de gran consumo en diversas formas en la urbe amazónica pero hasta ahora no se han logrado altos niveles de su industrialización. El IIAP hizo conocer que unas 5 mil familias están ligadas a la cadena de comercialización del aguaje. Las cifras pueden ser menores cada día debido al crecimiento y la necesidad del mercado.

El aguaje es una fruta bendita, se come el mesocarpo y con la semilla (pepa) los artesanos confeccionan vistosos llaveros y algunos la están utilizando para reemplazar el cascajo en la construcción de pisos y veredas, mediante la mezcla con cemento y arena. La industria pecuaria ensaya su uso, mediante la molienda para obtener de la harina el insumo que se mezcla con otros productos para obtener alimentos balanceados.

En el consumo humano se obtiene una gran reserva de betacaroteno (vitamina A), cuyo contenido comparado con la zanahoria o con la espinaca alcanza porcentajes 5 veces mayores. Realmente sensacional descubrimiento que posibilita su uso en la dieta de niños y madres gestantes debido a que ayuda en la formación y mantenimiento de dientes sanos, de tejidos blandos y óseos.

El uso del aguaje es variado, los amazónicos nos servimos como fruto maduro, en pulpa (masa), como refresco al que llamamos aguajina (los bolivianos lo han industrializado vendiéndolo envasado en decidida competencia con las gaseosas), chupetes, helados, mermeladas y otros derivan de este fruto. Su consumo tal como se reporta demanda unas 1,500 toneladas mensuales, es decir un promedio de 50 toneladas por día, solamente en la ciudad de Iquitos.

Fuera de la graciosa suposición de que el aguaje contiene hormonas femeninas, haciendo más sexys a las mujeres y afeminandos a los hombres, algo nada comprobado, es un fruto singular, exquisito y poderoso de la Amazonía peruana.


Soporte de información técnica y científica:
AGUAJE, La maravillosa palmera de la Amazonía. Dénnis del Castillo Torres, Erasmo Otárola Acevedo, Luis Freitas Alvarado. Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, 2006