20/3/08

LOS MOSQUERA EN LA HISTORIA DE IQUITOS


En el año de 1982, en más de un mes no se vendió ni un solo libro, fue un récord inolvidable y doloroso para las hermanas Cosseta y Dosinda Mosquera, las herederas de la Librería que llevaba el apellido de ellas. La librería tenía el nombre de “Los Amigos del País”, que fue cambiado a la muerte de Cesáreo Mosquera, padre de estas mujeres, luego de 45 años de servicio a la cultura de los iquiteños y peruanos. Finalmente se llamó Librería Mosquera.

No se si aún viven estas damas, pero de sus relatos conozco que ellas salieron a Lima liquidando todo lo que tenían en su stock de libros en setiembre de 1986, no por que no hubieran personas que no desearían comprar libros; “de haber público que lea en Iquitos, sí lo hay y buenos, lo que pasa es que el libro que traemos del extranjero está por las nubes, muy caro”, habrían dicho un poco antes de dejar la ciudad, y tenían razón.

En el lugar donde antes funcionaba la Librería Mosquera ahora está otra librería, la que ni siquiera se hace llamar como tal sino que es simplemente Tamara. Los que tenemos un poco más edad que los jóvenes aun nos referimos al lugar como “la Mosquera”, es por que en nuestras mentes está el recuerdo de sus años de fulgor en que solíamos por encargo de nuestros padres o por nuestras propias iniciativas acudir al local e indagar por algunas obras, siendo atendidos con la amabilidad característica de estas damas ibéricas que formaban parte activa de nuestra sociedad iquiteña.

De acuerdo a las versiones recogidas en la historia, el propulsor de esta Librería, don Cesáreo Mosquera Chousal, llegó a Iquitos junto a sus hermanos Castor y Aladino en 1905, en plena época del caucho. Llegaron en busca de la fortuna pérdida ya que después de la Guerra de Filipinas quedaron sumamente pobres. “Se aventura por que Odilio Rodríguez, muy amigo de él llegó a Iquitos algunos años atrás y como mi padre supo que le iba bien, se decide y opta por venir al Perú en busca de su amigo”, explica Cosseta Mosquera.

Lo que está escrito es que este precursor de la lectura iquiteña fue un cronista, en medio de su poco conocimiento de la escritura y obviamente de su abundancia de errores ortográficos, alimentaba de valiosa información a España. A él le debemos el conocimiento de la presencia del famoso Rey Alfonso I, monarca de los Jíbaros, con quien sostuvo una amistad singular.

Pero Cesáreo Mosquera no fue librero desde su llegada a estas tierras, empezó a trabajar en una peluquería que la instaló en la segunda cuadra del hoy Jirón Próspero, donde funcionaba Importaciones Dos Mundos y actualmente se encuentra un negocio de zapatos y que se ubica frente a la que fue su Librería a la que la instaló 5 años después, con un estudio fotográfico en la parte del fondo.

“Él fue Concejal muchos años desde 1926, siempre lo llamaban por su honradez y disciplina. Me acuerdo que le gustaban las flores y en su labor de inspector de Alamedas y Jardines hizo una carretera por la orilla del río Nanay que estaba siempre adornada de flores y árboles; él mismo enseñaba a la gente a cultivar, podar y hacer injertos” comentó Dosinda Mosquera, una de las dos hijas de don Cesáreo.

A la muerte de este español, las hermanas Mosquera iniciaron una tarea de fortalecer la librería. Comentan ellas que hubo increíbles épocas de bonanza como en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, del boom petrolero y del narcotráfico, aunque la depresión económica cauchera fue la de las vacas flacas, como lo fue también el año 1982.

Librería Mosquera vendía libros de literatura como novela y poesía, relatos esotéricos y policiales, así como científicos. Con orgullo las hermanas Mosquera hablaban de sus compradores que “eran de todas partes del mundo como de China, Israel, también nos hacían pedido de Colombia y Lima”.

Los Mosquera se han ido de Iquitos dejando una huella de cultura y aporte valioso a la educación de nuestro pueblo. Los libros que en su establecimiento se vendían, rebasaron el interés local y nacional, llegando a los remotos países que ellas mismas se encargaron de rememorar con la amabilidad típica de estas mujeres de tranquila vida empresarial.
Aportes Informativos:
CARTA ABIERTA, Revista Amazónica, Julio - Agosto 1986, “Casi un siglo con los Mosquera”, pág. 40, Iquitos y Pucallpa, 1986.