La gallina de los huevos de oro
tiene muerte anunciada
La prestigiosa revista británica The Economist lanzó hace muy poco una advertencia preocupante en el sentido de que por el abuso y el maltrato al turista, éstos podrían ir a otra parte (a otro destino en el mundo).
El aprovechamiento desmedido que ofrece la oportunidad, hace perder a los empresarios del turismo en el país, la visión clara del buen trato y la necesaria continuidad de la presencia de los visitantes. Es imprescindible cuidar a la gallinita de los huevos de oro y no matarla esperando encontrar dentro de ella grandes barrotes o una mina de oro.
Cusco una de las ciudades más simbólicas del turismo peruano fue el centro de la atención –reciente- por sus reacciones ante la Ley de de Promoción de Servicios Turísticos y el alza en los precios de alojamiento en hoteles de cuatro y cinco estrellas.
La mencionada publicación explica en su edición de medio mes de febrero, las generosidades de nuestros atractivos en costa, sierra y selva, incluidas la buena comida, así como que remarca que la actividad turística se ha duplicado en esta década y en este último año es 20% mayor al 2007, pero no deja de advertir que esta industria puede convertirse en el peor enemigo del Perú.
Ante el advenimiento de dos cumbres mundiales en el Perú como la ALC-CUE y el foro APEC que traerá consigo la presencia de mandatarios y expertos de gobiernos de todo el mundo, pocos están contentos por la manera en que tratamos al visitante. Cusco irracionalmente ha paralizado (por una protesta manipulada por agitadores profesionales) los trenes que llevan a Machu Picchu, en un grave atentado contra la buena fe y las intenciones de los turistas que lo visitan, que de acuerdo a las estadísticas la cifra es interesante ya que bordea las 800 mil personas por año. Esa frustración (la de los turistas) puede ser fatal ya que esa desazón se puede multiplicar de forma geométrica extendiendo los comentarios negativos sobre la calidad de atención y la tranquilidad social en el Perú.
La revista británica da cuenta de información recogida en suelo peruano de que aprovechándose de las cumbres, los hoteles de “medio pelo” se “mandaron” a las nubes con precios que muchas veces superan en 10 veces sus tarifas regulares, llegándose a ofertar habitaciones hasta a 800 dólares por día.
Indecopi ha sido notificado para que esta situación sea realmente corregida a tiempo. La gallina de los huevos de oro es amenazada de muerte y eso es peligroso. No es el caso único del Cusco, es un síntoma extendido por todo el país y en el que se incluye a Iquitos y la amazonía peruana que no abandonó ese errado concepto del mal aprovechamiento de la oportunidad.
El momento es bueno para el país y particularmente, por lo que hablamos en este comentario, para la industria sin chimeneas. En Iquitos hoteleros y empresarios turísticos tienen la obligación de encarar la presencia internacional con serenidad, asumir con madurez su rol empresarial e invertir ante este compromiso que tiene el Perú. Invertir es responsabilidad del empresario, sabiendo que el dinero no retornará mágicamente al día siguiente de haberse inyectado, sino que tomará su tiempo y en ese recorrido debe ir construyéndose una industria seria de vigencia y respeto a los visitantes.
El aprovechamiento desmedido que ofrece la oportunidad, hace perder a los empresarios del turismo en el país, la visión clara del buen trato y la necesaria continuidad de la presencia de los visitantes. Es imprescindible cuidar a la gallinita de los huevos de oro y no matarla esperando encontrar dentro de ella grandes barrotes o una mina de oro.
Cusco una de las ciudades más simbólicas del turismo peruano fue el centro de la atención –reciente- por sus reacciones ante la Ley de de Promoción de Servicios Turísticos y el alza en los precios de alojamiento en hoteles de cuatro y cinco estrellas.
La mencionada publicación explica en su edición de medio mes de febrero, las generosidades de nuestros atractivos en costa, sierra y selva, incluidas la buena comida, así como que remarca que la actividad turística se ha duplicado en esta década y en este último año es 20% mayor al 2007, pero no deja de advertir que esta industria puede convertirse en el peor enemigo del Perú.
Ante el advenimiento de dos cumbres mundiales en el Perú como la ALC-CUE y el foro APEC que traerá consigo la presencia de mandatarios y expertos de gobiernos de todo el mundo, pocos están contentos por la manera en que tratamos al visitante. Cusco irracionalmente ha paralizado (por una protesta manipulada por agitadores profesionales) los trenes que llevan a Machu Picchu, en un grave atentado contra la buena fe y las intenciones de los turistas que lo visitan, que de acuerdo a las estadísticas la cifra es interesante ya que bordea las 800 mil personas por año. Esa frustración (la de los turistas) puede ser fatal ya que esa desazón se puede multiplicar de forma geométrica extendiendo los comentarios negativos sobre la calidad de atención y la tranquilidad social en el Perú.
La revista británica da cuenta de información recogida en suelo peruano de que aprovechándose de las cumbres, los hoteles de “medio pelo” se “mandaron” a las nubes con precios que muchas veces superan en 10 veces sus tarifas regulares, llegándose a ofertar habitaciones hasta a 800 dólares por día.
Indecopi ha sido notificado para que esta situación sea realmente corregida a tiempo. La gallina de los huevos de oro es amenazada de muerte y eso es peligroso. No es el caso único del Cusco, es un síntoma extendido por todo el país y en el que se incluye a Iquitos y la amazonía peruana que no abandonó ese errado concepto del mal aprovechamiento de la oportunidad.
El momento es bueno para el país y particularmente, por lo que hablamos en este comentario, para la industria sin chimeneas. En Iquitos hoteleros y empresarios turísticos tienen la obligación de encarar la presencia internacional con serenidad, asumir con madurez su rol empresarial e invertir ante este compromiso que tiene el Perú. Invertir es responsabilidad del empresario, sabiendo que el dinero no retornará mágicamente al día siguiente de haberse inyectado, sino que tomará su tiempo y en ese recorrido debe ir construyéndose una industria seria de vigencia y respeto a los visitantes.