28/11/07

BURGA AMENAZA PUCALLPA EN LA COPA PERU


El fútbol peruano atraviesa una tremenda crisis dirigencial y sus valores han llegado hasta niveles increíbles, en los que al parecer las influencias del poder afectan la objetividad, la equidad y el real sentido de la justicia, en todos los niveles. Mientras que en el manejo administrativo la dirigencia es un desastre, los jugadores no se desarrollan adecuadamente en el campo internacional; los torneos nacionales son de escaso nivel y en ese plano los árbitros son cuestionados por su pobre calidad. La crisis se agrava cuando en el fútbol peruano las pasiones personales se transforman en actos de venganza como parece que puede suceder con tantas amenazas manifiestas por el presidente de la Federación Peruana, Manuel Burga.

En recientes declaraciones a la prensa nacional, el presidente de la Federación Departamental de Fútbol de Ucayali, Luis Alberto Sánchez, advierte que el domingo en Pucallpa, en el choque de las semifinales de la Copa Perú se puede dar una “ayuda extra” al Juan Aurich de Chiclayo en su choque que protagonizará con el local Deportivo Hospital, por la aplicación de influencias de poder económico, de afinidad nativa y por represalia desde Lima.

Como se sabe, las expectativas por la actuación del Deportivo Hospital de Pucallpa en la Copa Perú son grandes. Se espera que sea el segundo equipo ucayalino que acceda por la puerta grande a la primera división del fútbol peruano, tal como a mediados de los 90´s lo fue La Loretana, y todo esto se sustenta en su buena actuación a lo largo de este año. Mientras que por el lado chiclayano, su angustiosa clasificación en las dos últimas etapas acusan una debilidad que requiere de “ayudas extras” vergonzosas e indignas.

Muy bien ha hecho Luis Alberto Sánchez en lanzar la advertencia a tiempo. Lo ha hecho en la holgura de la solvencia futbolística pucallpina que puede ser ampliamente superior a la de los chiclayanos y que cualquier resultado que no sea favorable podría ajustarse a la visión de una vendetta de esas tan características en el fútbol nacional en las que las malas artes son propias de quienes titeretean a su regalada gana el balompié nacional, tan venido a menos por una corrupción extendida hasta sus cimientos, por las mezquindades de sus dirigentes, quiero decir de sus malos dirigentes.

El presidente de la Federación Departamental ucayalina ha sido claro y se ha expresado sin tapujos ni medias tintas, acusando a Manuel Burga de pretender “darle la mano” a los paisanos de sus padres e influenciar sobre el árbitro Miguel Magallanes para favorecer a los chiclayanos. Eso puede ser interpretado como una represalia por que Ucayali no ha votado a favor de la reelección del cuestionado presidente de la Federación Peruana de Fútbol; esa sería una vertiente peligrosa con que se actuaría en contra del elenco hospitalario de Pucallpa.

Nada puede ser peor que este tipo de situaciones en el fútbol nacional que con los escandalosos resultados y las goleadas sufridas por nuestra selección absoluta, ya tiene suficiente. Nada más atroz contra los intentos de recuperación honesta que aspira nuestro fútbol que estas situaciones de corrupción.

Jugar al fútbol pensando en que los esfuerzos desplegados en la cancha sean enviados al tacho de basura por las malas artes de dirigentes subidos a la copeta de los cargos más importantes del deporte nacional, es una frustración que arrastra a la indignación de una afición como la pucallpina que ha sufrido mucho para llegar hasta donde está, que ha mordido sus labios para pujar por cada victoria y que sueña despierta el momento de coronar campeón al Deportivo Hospital que ya no es más –en esta circunstancia- el representante de Pucallpa o de Ucayali, sino que se constituye en el abanderado de la amazonía.

La advertencia de Luis Alberto Sánchez es una clarinada de alerta al deporte nacional que debe fijar su atención en lo que hagan los árbitros, que dicho sea de paso deben buscar ser mejores por lo que hacen en la cancha, es decir en la administración de la justicia y la correcta aplicación de las reglas de juego. Y finalmente, por lo que haya dicho la "pepa" Horacio Baldessari, el técnico del Juan Aurich de Chiclayo, toca decir nada más que hay que tomar sus palabras como de quien viene, por que eso de tildar de locos a quienes advierten peligro de un robo es de alguien que no está en sus cabales y no conoce del respeto a los demás.