27/1/08

LA LEY DE LA SELVA NO ES APLICABLE EN LORETO

Iván Vásquez Valera, presidente de Loreto, asume posición
de rechazo a "La ley de la Selva"

La globalización es importante, necesaria y fundamentalmente es una valiosa herramienta de modernización en la que urge estar inmersos, más aun si pretendemos estar en la marcha a la búsqueda del desarrollo. Loreto no está al margen de esta situación. Sin embargo, hay algunas circunstancias que se dan en la que es menester establecer distancias, marcar exclusiones y definir posiciones en defensa de los intereses colectivos.

La palabra del presidente regional de Loreto, Iván Vásquez Valera, se escuchó bien en coherencia con el momento y con la realidad de las necesidades de los pobladores de nuestra Región que rechazan la aplicación de una norma legal que pretende excluirlos de su derecho histórico-territorial y su conectividad con el resto de la naturaleza. Negar al gobernante regional su defensa oportuna y la validez de su mensaje es ser mezquinos, miopes e insensibles al momento, más aún cuando de por medio están los intereses de la Amazonía.

La que se hizo conocer como “Ley de la Selva” es sencillamente la aplicación de normas con una visión nada coherente con la realidad de los pueblos amazónicos que se verán seriamente afectados con la medida legal. Ciertamente que esto abre las puertas a la inversión de capitales nacionales e internacionales que podrían generar puestos de trabajo pero que atentan contra la subsistencia y la vida del chacarero, que no son pocos en Loreto.

Iván Vásquez si en algún momento se ha mostrado del lado de la manera de concertar con los gobernantes regionales de todo el país que asumió el presidente Alan García, ahora demuestra que no tiene ningún compromiso con él y ha rechazado por impracticable la famosa Ley de la Selva que entrega amplios territorios, como en subasta, a consorcios de todo tipo, a los cuales otorga una serie de facilidades tributarias y legales entre ellas cierta titularidad de tierras con el propósito de que traigan su inversión. Ofrece modalidades de forma legítima que configura las concesiones de tierras a las deben “evaluar” como eriazas.

Los pobladores de la selva son posesionarios de terrenos en el interior de Loreto, solamente por citar la condición de esta parte de la amazonía peruana, allí construyen sus humildes viviendas, siembran, se movilizan y trazan sus vidas desde hace muchos años. Se asocian urbanísticamente para conformar caseríos, pueblos y pequeñas ciudades, pero si es que se procede a aplicar la famosa Ley de la Selva, la Ley 840 que ha planteado el Ejecutivo, quedará virtualmente aislado, por que se otorgarán tremendas extensiones de terrenos a los grandes consorcios empresariales, llegados quién sabe de dónde, para que se establezcan en zonas de derecho y uso privado.

En esa condición, la propuesta legislativa que plantea el gobierno de Alan García podría privatizar dentro de las extensiones de terrenos a lagunas, cochas, riachuelos y otros flujos de agua en favor de grupos empresariales privados, dejando fuera de alcance de fuentes valiosas de abastecimiento colectivo a sectores sensibles de la población de Loreto.

Una situación similar parecen sufrir los pobladores de Barranquita, en Alto Amazonas, que se han cansado de andar de un lado a otro, “de Herodes a Pilatos”, y han pedido a la Iglesia Católica para que interceda en la solución de la demanda de propiedad de sus tierras y que éstas no pasen a ser de dominio legal privado, tal como lo denuncia en su más reciente edición la revista regional “El Piwicho”.

Este es un ejemplo de lo terrible que resulta una coyuntura con estas características. No solamente se trata del languidecimiento de los pobladores rurales de Loreto, sino que los inversionistas que pasarían a explotar estas tierras no serán escrupulosos en el manejo ambiental y ecológico, sino que considerando sus cifras y el costo-beneficio de su dinero depredarán los recursos de Loreto de forma voraz e incontenible por que tendrán necesidad de recuperar los dineros invertidos.

El rechazo de Iván Vásquez a la propuesta de Ley que plantea el Gobierno Central, es válida y es por eso que el haber acudido a Yurimaguas para conversar con los pobladores rurales, sensiblemente afectados, es una buena forma de reafirmar que existe el malestar y que debe asumir su papel de legítimo interlocutor para hacer ver a Alan García que en Loreto hay mortificación, que hay que detener el avance de la propuesta que puede tener las mejores intenciones en el sentido de impulsar las inversiones en un clima de globalización mundial pero que sin embargo su aplicación ocasionará más daño que beneficio.