17/9/07

LA ZANAHORIA DEBE SER PARA ESCUCHAR MEJOR


Si bien comenté a favor de la aplicación del Plan Zanahoria, alentando al alcalde Salomón Abensur a proseguir con las medidas de ordenamiento en la ciudad, ahora me queda la sensación de que las cosas pudieran ser mejor de las que opiné. La idea es interesante, su aporte a la salud social lo es también, pero algo que más bien le hará al Plan es que se destapen los oídos del alcalde para dialogar con todas las personas que se relacionan con la vida turística y noctámbula de la ciudad, ya que son ellos los que más saben de lo que sucede cuando pasamos la medianoche.

El alcalde lo sabe tan bien como los que hoy protestan, que la economía del empresario privado se sustenta en el movimiento turístico y las actividades locales ligadas a nuestro día a día, o de nuestra noche cotidiana.

Enrique Rodríguez Morales ahora protesta junto a otras personas y lo hace por que cree que es justo su parecer y por que considera que es obligación de la autoridad local, escuchar y dialogar con los que hacen patria y construyen la provincia invirtiendo su billete, lo hacen con su dinero. Kike Rodríguez se siente afectado, tiene voz y valor para salir a decir las cosas que siente, pero él es solamente el rostro de un grupo, no tan pequeño, de empresarios que reclama ser escuchado por Shaluco Abensur. Un empresario no debe ser visto como el que se “levanta” el dinero sino como el generador de riqueza y trabajo para muchos.

Iquitos debe ser mejor, cambiar su rostro y su reputación, en eso estoy de acuerdo y comparto la idea del Plan Zanahoria, pero así mismo considero que este debe ser un primer paso en el proceso que camina a ordenar la vida nocturna de la ciudad. No es lo mismo decir lo que muchos me comentaron de forma personal, que este Plan Zanahoria nos lleva a los más altos niveles de la cucufatería; tampoco, tampoco, pues. Soy de los que cree que se deben efectuar ajustes a la ordenanza municipal pensando que no se debe afectar a nadie y menos a los inversionistas.

Ser zanahorias no es ser sordos ni ciegos, es ser sanos para utilizar todas nuestras facultades y sentidos para de forma lúcida dialogar en procura de fijar los flancos que ahora son débiles, ver de ajustar debidamente sin ahorcar a quienes pueden trabajar con mejores parámetros. Gobernar con el Plan Zanahoria, es un idea magnifica pero podría ser mejor sin que caigamos en el caos que ocasiona una confrontación entre los vecinos. Esto le puede resultar mejor a Salomón Abensur, si es que suma a su equipo de trabajo todas las fuerzas pensantes y económicas de la ciudad para poco a poco ir resolviéndose problemas de seguridad ciudadana y de la salud ambiental.

No me pareció correcta la verticalidad con que se actuó frente a la protesta del Frente que coyunturalmente conformó Enrique Rodríguez Morales. Se buscó acallarlo indebidamente, pretendiendo mostrarle como confrontacional. Tremendo error del alcalde de Maynas y mayor la irresponsabilidad de quienes lo aconsejan, por que el talento de este empresario debió ser aprovechado en su experiencia obtenida en el recorrido de medio mundo y sus deseos (lo que me consta) de hacer de nuestra ciudad el mejor destino del Perú.

El Plan Zanahoria debe ser mejorado con el aporte de personas tan inteligentes que no se encuentran en la burocracia municipal. Es necesario ver qué se puede hacer para reglamentar el funcionamiento por ejemplo de los casinos, donde se bebe licor las 24 horas del día, que funcionan donde se les ocurre instalarse, donde la enfermedad lúdica de innumerables pobres ciudadanos se extiende cada vez más. Este Plan debe ver que en medio de esta ciudad aún bullanguera hay un mundo sórdido donde languidecen hombres y mujeres en el abandono moral y fallecen segundo a segundo la moral y el futuro de niños que duermen en el suelo, tirados en la vía pública a merced de la delincuencia que deambula con la complicidad de algunas silenciosas calles.

El Plan Zanahoria debe ser un buen punto a favor del alcalde sobre el que se sostengan proyectos de construcción de albergues para niños y jóvenes con el fin de protegerlos del abandono moral y construir en ellos los nuevos hombres de nuestra sociedad. Salomón sabe eso. Sabe que esta experiencia es extraordinariamente buena pero que lamentablemente por su sordera producida por los malos consejos, no puede escuchar las voces de quienes sí saben lo que hacen y que le están pidiendo dialogar para mejorar esta zanahoria que aún sigue siendo buena para la salud social de Iquitos.

Salomón Abensur sabe que quienes protestan y quieren diálogo no son los chantajistas y extorsionadores a sueldo, de los muchos que tenemos aquí en Iquitos sino que son ciudadanos de correcta trayectoria que construyen la economía y el desarrollo a fuerza de trabajo e inteligencia y que seguramente llevarán aportes que harán de su gobierno uno digno de los nuevos tiempos de la provincia de Maynas.