31/8/07

CNI ERES EL FUTBOL

Dicen que los periodistas deportivos por un asomo mínimo de ética, no deben expresarse como hinchas de ningún equipo, que al hacerlo estarían poniendo a un lado la justa balanza de la equidad y la objetividad al expresar una opinión que el lector, oyente y televidente desea que esté bajo la luz de la imparcialidad. Pero esta vez sin recurrir a este principio ético de lo neutral, me atrevo a lanzar mi palabra sobre Colegio Nacional Iquitos (CNI), el querido y gran equipo albo de la Amazonía.

Para cualquiera, la condición emblemática y popularidad del CNI no se discute, por el contrario es materia de confirmación y añoranza, es asunto de los mejores recuerdos y los más fuertes deseos de verlo jugando entre los mejores del país. En medio de esa mediocridad, diría algún ácido crítico deportivo o futbolero, pero sea como sea es el CNI que aspiramos y donde quisiéramos que esté. Escribo esto con el mejor deseo de soltar lo que tengo reprimido en el profundo de mi ser.

Está por terminar su participación en la departamental de la Copa Perú, ha pasado una serie de obstáculos para llegar hasta donde está. En Yurimaguas casi pierde el primer partido, goleó en la segunda confrontación y a duras penas, mordiendo los dientes, ganó su tercer compromiso que por bendición ajena logró clasificar (por que otro equipo no supo ganar al más débil). Esta vez, está frente a una fase que jugándose en Iquitos -se espera- pueda superar mejorando su actuación y procurando reverdecer viejos triunfos.

CNI es toda una institución, debe ser más que un equipo de fútbol, que ahora compite de igual a igual con la UNAP, por la hegemonía del balompié en Loreto. Se ha hecho clásico más que por afinidad organizacional por fuerzas símiles. Hay cuentas por saldar entre ellos, de goleadas endilgadas mutuamente en pasadas eliminatorias y una más cara que es por recuperar el campeonato de la región Loreto.

Decir que CNI es una gran institución, que algunos llegaron de manera mezquina a clasificarlo como patrimonio de Loreto, es cierto, hasta lo definiría en mejor nivel y condición futbolística que la UNAP, es por lo mismo que surge necesaria la búsqueda de lo ideal, del momento de su real recuperación que ahora mismo parece alejada por la tan pálida trayectoria en la primera fase de esta etapa jugada en Yurimaguas, que es desde mi punto de vista un tramo para olvidar, es una fase donde se dieron resultados para obviar en la historia.

El sentimiento que me embarga en estos momentos no es el mismo de un periodista deportivo - como debe ser-, ajeno a las preferencias de casaquillas, colores y banderas, por que me acuso albo de vivencias. Soy el que quiso alguna vez revisar más de la historia “colegial”, escribir su trayectoria, perennizándola en las páginas de algún libro, el mismo que simplemente como consuelo hace unas horas -nada más- en Wikipedia, la gran enciclopedia mundial de Internet, agregué algunos conceptos de la historia de CNI, que se habían escapado a algún buen hincha de la institución “alba” que efectuó tan valioso aporte abriendo el surco de su conocimiento en todo el Mundo.

CNI es la expresión del fútbol, de los buenos resultados, de los emotivos triunfos en los 7 años primeros de la Copa Perú, hasta que la Asociación Nacional de Fútbol lo invitó junto al José Gálvez de Chimbote y el Cienciano del Cusco a la primera del fútbol nacional. Los “colegiales” son nuestras hurras, aunque apáticos (pero así somos), durante los partidos del descentralizado entre 1973 y 1992, son nuestro sufrimiento desde el 93 y hasta la fecha.

Todos o casi todos, quisiéramos que Santiago Cárdenas, el actual presidente de CNI levante la Copa Perú, no importa dónde sea, no interesa el estadio ni la ciudad, para colmar de satisfacción tantas frustraciones reunidas a lo largo de muchos años fallidos. Es una tarea –también- de un grupo de jugadores que tiene la gran responsabilidad de sudar la casaquilla haciendo mejor las cosas y con entrega de amor a esa gloriosa blanca que llevan en el pecho
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