27/7/07

LA TELEVISION NUESTRA DE CADA DIA: GOLPE AL HIGADO Y AL PERU

Dicen que las comunicaciones están evolucionando de una forma tan vertiginosa que escapan al manejo de quienes pretenden permanecer actualizados en este tipo de temas. Los blogs en Internet son espacios donde de manera formal se establecen ventanas en las que periodistas u otros profesionales, incluso jóvenes estudiantes o de cualquier tarea dan rienda suelta a sus inquietudes y de alguna manera disfrutan de la libertad de expresarse. Sin embargo este avance que nos da la tecnología contrasta claramente con lo que la televisión noticiosa nos ofrece en el día a día. Contrasta con el mal uso tecnológico y más que todo del manejo del recurso humano.

Conversé a la hora del desayuno con amigos y familiares mientras veíamos la televisión y tratamos de entender el Norte que persiguen los cerebros que dirigen los noticieros y ninguno de los que estábamos compartiendo la mesa pudo comprender por qué tanta cochinada reunida en la pantalla chica para saludar el día o acompañar el final de la noche.

La televisión ha cambiado mucho. Ahora se tiñe de bastante sangre con sus asesinos, violadores y accidentes de tránsito, robos con sus cogoteros, policías corruptos, ladrones de todo estilo, chantajes, extorsiones, manipuleos, chismografía y tanta escoria que en nada contribuye a mejorar la imagen de nuestro país. En este mundo globalizado nada es doméstico, todo pertenece al universo y unas noticias como las que pone al aire la tele nacional y que dicho más claramente son nuestro pan de cada día, sólo nos muestran ante el mundo como un país cavernario, salvaje y nada civilizado, del que hay que correr si es que queremos hacer turismo convencional, salvo que elijamos el turismo de aventura muy al estilo de Indiana Jones.

Comentaba “chema” Salcedo en una conversación con el periodista peruano de apellido Pereyra, radicado en Washington, durante una noche juliana en la televisión limeña por cable, sobre nuestros valores y la visión que se tiene del Perú desde el exterior, y decía bien que Lima pudiera ser vista como una jungla hostil para los selváticos de Iquitos y no lo que muchos parecen sentir, que la capital loretana es una agreste y exótica tierra. Y todo esto debido a lo que la tele y sus noticieros muestran como su “carnecita” en medio de sus noticias. Calles desordenadas, asaltos, secuestros y asesinatos por doquiera que uno vaya lo que fuera de cámara no es tan cierto, pero que si juega como valiosa para los intereses de los “cerebritos” de los noticieros de la pantalla chica chola. Lo que cuenta es el rating y lo que hace muchos años decía Alfonso “pocho” Rospigliosi Rivarola, el desaparecido periodista deportivo: “esto es lo que le gusta a la gente”, pero en el caso de él, lo hacía desde el lado amable para refrendar un acontecimiento destacable del deporte o los goles del “nene” Cubillas. Esa postura dista mucho de lo que actualmente tenemos en nuestras pantallas, de lo asqueroso que hoy nos ofrecen los noticieros de todas las frecuencias televisivas, casi sin distingo.

Nos preguntamos, cuánto de todo esto construye la imagen y la cultura del Perú? Absolutamente nada de eso es bueno. A esta situación se agrega la insana actitud de quienes provocan movilizaciones, paros y huelgas con mucha violencia como principal ingrediente, tomando como bandera las necesidades desatendidas de los que menos tienen y de este Perú maltratado por sus propios hijos, los unos que están en el poder para gobernar y los otros que están abajo en el poder del sufrir por no tener y ser gobernados; de estos últimos se valen de forma vergonzosa los políticos de organizaciones minoritarias para crear el desconcierto y nutrir de violencia sus expectativas. Todo esto en contra del país.

Los políticos, casi generalmente, han mirado su actividad en la búsqueda de satisfacciones particulares postergando el interés colectivo. Acusan de dictadores o tiranos con facilidad, pero en esta actitud no utilizan los espejos para mirarse antes de hablar, la mayor tiranía o más fuerte dictadura es aquella de utilizar a la sociedad y sus necesidades para alimentarse a favor de sus intereses. Es más cruel el político que desde su posición no educa cívicamente a la población en el esclarecimiento de los temas que son de calor popular y que afecta su economía.

Ahora en estas fiestas patrias hago esta reflexión y comento entre mis cercanos que las noticias son necesarias para mantenerse informados, y es precisamente que me urge y es mi alimento (pero qué nutriente que me gasto), ya que desde muy joven escuché que alguien dijo “una persona sin información es una persona sin opinión”, y eso sí me pareció bien. Pero ahora cada día que escruto la tele me preparo para evitar todos los golpes que le dan a mi país, a mis compatriotas y a mi mismo.