4/1/08

EL PLÁTANO Y LA YUCA EN LA REGIÓN PRODUCTIVA


Una de las grandes responsabilidades del presidente regional de Loreto, Iván Vásquez Valera es cumplir lo prometido durante su campaña electoral, es hacer válida esa hasta hoy simbólica propuesta de la Región Productiva. Su papel es histórico, esa circunstancia es como transitar en el border line o como llamamos vulgarmente sobre el filo de la navaja, es mantenerse en el limbo, entre la promesa incumplida y la gloria de los resultados de éxito y la riqueza colectiva que daría su propuesta. Esta figura se da para el presidente de Loreto de la misma manera que para el arquero de fútbol, es decir pasar más rápido -como la velocidad de un rayo- de la luz de héroe a la oscuridad del villano.

Solamente imaginarse que miles de loretanos tendrían directamente trabajo, no en los escritorios burocráticos -que es lo que menos importa-, sino en el campo, en las plantas de transformación, en los gabinetes administrando la empresa privada, creando y buscando campos de comercialización, conduciendo pequeñas empresas ricas en producción y obviamente en rendimiento económico, nos lleva a pensar que de la prédica se puede acceder a una buena práctica.

En el último trimestre del año pasado, escuché a Iván Vásquez hablar con inocultable emoción que es posible obtener sucedáneos (insumos) para la industria panificadora utilizando especies nativas de la Amazonía, como se hacen en algunos países cercanos al nuestro. El presidente regional respondía con esas declaraciones al incremento en el precio internacional de la harina de trigo, principal insumo en la preparación del pan, lo que eventualmente afectaba la economía de los pobladores de nuestra región, e incrementaba el precio de este producto. Aunque eso del pan caro pobreza aumentada no cuenta mucho entre nosotros, ya que en la selva loretana a ese pan caro lo podemos reemplazar con plátano cocinado.

La propuesta de Iván Vásquez pudiera ser una de las vertientes más valiosas mediante la cual arribemos a la aplicación del gran plan de la Región Productiva. Eso quiere decir darle la atención a productos como el plátano, inclusive la sachapapa y la yuca, como alimentos de consumo directo, transformados para diferentes usos en el consumo local, nacional e internacional.

Loreto es una o quizá sea la primera región productora de plátano en el país, pero sin embargo la transformación de este fruto se mantiene en el nivel más incipiente, más rudimentario. Piura ya le da una atención extraordinaria que compite con Ecuador y Colombia. La producción en niveles industriales los ha llevado a la implementación de grandes plantas para producir chifles (platanitos fritos en hojuelas) que los está exportado, transformar el plátano en harina con procesos mayores hasta darle el valor agregado mediante la aplicación de sabores para hacerla más digerible y por esa ruta tener presencia en el mercado mundial.

Para sembrar plátanos no se requiere de terrenos especiales ni diferentes a los que abundan en nuestra región; hay muchísimos en las 7 provincias de Loreto. Existen pueblos enteros deseosos de incorporarse a la cadena productiva agrícola y dedicarse solamente a producir plátanos en restingas, llanos y alturas. Es decir emplear sus tierras, hasta hoy ociosas para producir este fruto, siempre y cuando el Gobierno Regional de Loreto les tenga un mercado que garantice sus esfuerzos. Eso si, habrá que pensar que el Gobierno Regional debe ser un ente promotor en estos asuntos; abrir las puertas y presentar alternativas que favorezcan la presencia de capitales nacionales o extranjeros en la industria y comercialización de Loreto.

Las experiencias vividas en los países exportadores de plátano describen su crecimiento en base a variedades de su industrialización como la harina (en mezclas para consumo animal), hojuelas que pueden ser secas o fritas, en patacones crudos o prefritos congelados, en plátano verde conservado por frío y las ya conocidas harinas con diversos sabores de consumo humano. Y en esto estamos explicando solamente del plátano verde, nuestro conocido ingüiri y no del banano al que conocemos como guineo.

La implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos nos animará a impulsar con mayor decisión, mecanismos promocionales de inversión para competir de igual a igual -por qué no- en el mercado internacional.

Así como con el plátano lo mismo sucede con la yuca, que tiene un amplio mercado al que hay que llegar con valores agregados. Con fariña, tapioca o la misma yuca de calidad. En los grandes supermercados de la capital de la República, se encuentra yuca amarilla cultivada en la selva alta a la que sus comercializadores le dan un procesamiento especial para preservarlas; tienen etiquetas y hasta envolturas, pero en calidad distan mucho de las exquisitas que se producen en nuestras tierras.

En este caso se trata de una muestra pálida pero a la vez aproximada de la Región Productiva, donde los agricultores aseguran su cosecha en compradores-transformadores que le dan un tratamiento especial en plantas ubicadas en las zonas de producción de donde trasladan a mercados mayores. De esto seguramente conoce el presidente regional que puede haberle puesto el ojo a este producto para proyectar su consumo en mercados más lejanos, más rentables que los que habilitamos casi semanalmente en nuestras ferias agropecuarias locales. Esto por solamente explicar dos especies agrícolas que pueden ser parte del gran universo productivo regional.

Hablamos de una Región Productiva, probablemente con una visión distinta a la del mandatario regional, pero sugerimos que esta sea tomada como un aporte a las tantas ideas que seguramente deben llegar en cantidades navegables al gobierno de Iván Vásquez. Un plan de este tipo debe tener los conceptos de potenciación de la industria turística, de la forestal, de la piscicultura y el fortalecimiento de carreras profesionales tan importantes en esta conjunción como son las de Administración Empresarial, Contabilidad, Economía, Gastronomía, Marketing y Publicidad, Negocios Internacionales, etc., donde tienen lugar los actuales profesionales y los jóvenes deseosos de ser algo importante en la vida que actualmente se forman en las aulas universitarias.

Una Región Productiva, en la visión del presidente Iván Vásquez, es probable que tenga la apariencia de un sueño, tal como me describió en una noche de tertulia el consejero regional Noé Malpartida Sánchez, donde la febrilidad laboral desborda cualquier expectativa, en la que la mano de obra loretana es insuficiente para atender tanto trabajo en nuestros campos y se tiene que recurrir a peruanos y extranjeros llegados de cerca o de lejos. Esa Región Productiva descrita así, será la vivencia de un fenómeno social singular, donde la migración cambie de sentido, no más vaya del campo a la ciudad sino que desde donde sea camine hacia la selva nuestra.